La Guerra de Troya fue una guerra librada entre las ciudades griegas (Aqueas) y la ciudad de Troya, situada en Asia Menor. El conflicto se desencadenó, según Homero, por el rapto de Helena de Esparta por parte de Paris, príncipe de Troya. Helena era la esposa de Menelao, rey de Esparta que, a su vez, era hermano de Agamenón, rey de Micenas. Quizá el verdadero motivo de la guerra fue más prosaico: Troya controlaba el estrecho de Dardanelos, que comunica el Mediterráneo con el Mar Negro, así como las costas de Asia Menor, lo que la hacía una fuerte competidora de Micenas en el terreno comercial. Fuesen cuales fuesen las causas, la guerra se resolvió finalmente a favor del bando griego, que acabó arrasando la ciudad de Troya.
Sobre esta contienda se hizo la película de Troya, ya trabajada anteriormente.
En la mitología:

En la arqueología:
Los antiguos griegos creían que los hechos narrados por Homero eran básicamente ciertos. Pensaban que esta guerra tuvo lugar en el siglo XIII o en el siglo XII a.C. y que Troya se encontraba cerca de Dardanelos, en el noroeste de la actual Turquía. Ya en tiempos modernos, tanto la guerra como la ciudad se consideraban parte de la mitologia. Sin embargo, en 1870, un arqueólogo aficionado alemán llamado Heinrich Schliemann excavó un lugar en ese área, encontrando una ciudad que identificó como Troya. Aunque en un principio no fue tomado en serio por su condición de amateur, finalmente fue reconocido y hasta la justicia le dio la razón.